
La empatía es la capacidad de percibir lo que siente otro individuo en un momento dado. Para muchos autores, esta es una característica de la mayor parte de los animales gregarios, y nos habría ayudado a sobrevivir a lo largo del tiempo al fomentar una mejor compenetración en el grupo. A continuación, te mostraré algunos ejemplos de empatía con los que comprenderás mejor qué es y por qué nos ha sido tan útil.
Qué es la empatía
La empatía es la capacidad que tenemos de comprender y compartir los sentimientos de otra persona, ante distintos tipos de experiencias.
La definición que os hemos dado es bastante general, de modo que para entender algo mejor qué es la empatía, deberíamos hacer mención a los dos tipos de empatía que los científicos señalan, la cognitiva y la afectiva:
- La empatía cognitiva: que también puede ser descrita como una tomade perspectiva, y hace referencia a nuestra capacidad de comprender e identificar las emociones específicas de los demás. Así por ejemplo, las personas con autismo tienen problemas a la hora de identificarse con este tipo de empatía específica.
- La empatía afectiva: que hace referencia a nuestra capacidad de experimentar los sentimientos o sensaciones que normalmente se activan en respuesta a las emociones de otras personas. En particular, este tipo de empatía se evidencia de dos maneras. La primera forma consiste en la aparición de una sensación de estrés en respuesta al miedo o la ansiedad de otra persona. La segunda manera de demostrar empatía afectiva es reflejar la emoción de la otra persona de vuelta hacia ellos.
Desde un punto de vista menos técnico, la empatía es simplemente la capacidad de comprender el punto de vista de otra persona. Esa comprensión es la base de la comunicación, el respeto, y la moral.
Precisamente la empatía tiene mucho que ver con la compasión y estar atento a las demás personas y a los que les sucede, de modo que sepamos reaccionar de un modo correcto. No tenemos que ser empáticos por simple educación, sino intentar serlo porque realmente lo sentimos.
Cómo ser más empático
Uno no elige ser más o menos empático, pero sí es cierto que existen personas que son más dadas a ponerse en la piel de los demás, y con ello logran un mayor grado de empatía emocional en respuesta a los sentimientos de los que le rodean.
Puede que una persona reciba bromas constantes de los demás y no nos demos cuenta de como le pueden afectar. Mientras que alguien que es empático se pondrá en la piel del otro y sabrá que hay que parar las bromas porque puede que le hagan daño.
En este sentido, aquellas personas que deseen alcanzar ese nivel de empatía o sencillamente ser más empáticos, deben trabajar en base a la regla de “hay que tratar a los demás como te gustaría que te tratarn a ti” y con ello podemos lograr que nuestras vidas se conviertan en un cúmulo de experiencias en el que nos encontraremos siendo empáticos con la gente que nos rodea.
Escuchar a las personas, respetar lo que dicen, expresan o sienten, y asegurarnos de que entendemos lo que recibimos es otro modo de lograr mejorar en nuestro grado de empatía con los demás.
Además, podemos hacer una serie de ejercicios o movernos con una serie de pensamientos, que puestos en práctica nos permitirán ser más empáticos.
Serían estos:
- Debes fortalecer tu habilidad a la hora de ser compasivo.
- Debes fomentar la cooperación en tu vida
- Debes practicar la atención plena a lo que te rodea
- No debes culpar a los demás de todo lo que te sucede
- Siempre actúa sin hacer distinciones frente a los demás
- Debes ser más receptivo a los sentimientos de los demás
- Debes mantener una actitud positiva y agradecida ante la vida
El grado de empatía
Dentro de lo que es la propia empatía, se habla del “grado de empatía” que no es un número que nos evalue para decidir si somos más o menos empáticos, pero sí que determina qué nivel de empatía podemos alcanzar.
Muchas veces, la empatía se confunde con el “reconocimiento de las emociones”, y no es lo mismo aunque dicho reconocimiento sí que será necesario para que se desarrolle nuestro grado de empatía.
Así, podemos sentir miedo, tristeza o alegría, y mientras habrá personas que notarán enseguida estos sentimientos, otros no lo harán a no ser que les digamos que nos pasa. Puede ser entonces que aquellos que reconocen los sentimientos o lo que está sintiendo una persona, sería más propensa a tener un grado de empatía más elevado que aquellas personas que no se dan cuenta de nada por lo que pasemos ni aunque lo llevemos escrito en la frente.
De todos modos el grado de empatía puede ser variable en función de la propia persona que lo experimente, es decir, que si por ejemplo estamos cansados tras una larga jornada, quizás nos será más empáticos con aquellos que nos vengan con nuestros problemas, o si la persona que tenemos enfrente es un familiar o amigo, quizás nuestra empatía se dispara o se desarrolla más frente a la que podemos sentir con un desconocido.
A pesar de lo dicho, tenemos que procurar ponernos siempre en la piel de los demás, sea quién sea y desarrollaremos así la habilidad empática y no solo eso sino que además nos quitaremos el peso de juzgar a los demás sin conocerles.
Ejemplos de empatía comunes
Estos ejemplos de empatía, aunque puedan parecer insignificantes, lo cierto es que resultan muy ilustrativos:
* Sentir dolor ante un vídeo donde alguien sufre: Seguramente te hayas preocupado o hayas interiorizado el dolor que has visto que otra persona sufre en algún vídeo. Este es un ejemplo de empatía, ya que, de otro modo, no sentirías nada al verlo.
* Tener miedo viendo al protagonista de una película de miedo: Muchos directores de cine, para hacer pasar miedo a sus espectadores, no necesitan recurrir a imágenes que generen miedo pro sí mismas, sino que se basan en conseguir una buena actuación de sus actores y actrices, para que transmitan miedo.
* Entristecerse cuando ves a alguien llorar: Está demostrado que la inmensa mayoría de las personas, ante una persona llorando o una persona riendo, cambia totalmente su estado anímico, adaptándose a la de la otra persona.
* Alegrarse con las alegrías de los demás: De la misma manera que somos capaces de llorar porque alguien llora, también la empatía tiene que ver con la alegría y de hecho sentirnos felices por los logros de los demás es un gran ejemplo de empatía y de saber cómo reconocer el merito o el esfuerzo de alguien que tengamos delante.
* Abrirte a aquellos que están discriminados: Un claro ejemplo de empatía que podríamos inculcar a los niños. No debemos juzgar y ante un acoso escolar, deberíamos decir a nuestros hijos que se abran al niño que está recibiendo acoso o insultos o que simplemente se meten con él por cualquier cosa (ya sea que lleve gafas o esté rellenito) e intentar conocerle. Seguro que sentirán por lo que está pasando y darán ejemplo a aquellos niños que se ríen o que acosan.
* Intercede ante una pelea: Hablando del acoso escolar, una persona empática siempre se meterá en medio de una situación de “buying” por simple conexión con la persona que está sufriendo la agresión. No debemos girar la cabeza ante ninguna agresión (lo mismo podemos decir si vemos como una mujer está siendo victima de la violencia machista).
* Llorar ante el sufrimiento de un animal: La empatía no solo tiene que ver con las personas, sino que podemos sentirla también con los animales, en especial aquellos que nos son más cercanos como un perro o un gato. Si sufres cuando ves que han abandonado a un perro, o lloras si ves escenas de violencia contra los animales, es que eres empático con ellos.
* Ayudar a una persona mayor: Muchas veces creemos que la empatía tiene que ver solo con el sentimiento de los demás y que seamos capaces de ponernos en su piel, pero en realidad también tiene que ver con las acciones que hacemos con respecto a aquellos que más nos necesitan y por ejemplo si vas caminando y de repente ves a un anciano que desea cruzar la calle, le ayudas ahí tienes una buena demostración de tu empatía.
* Socorrer a quien se haya dañado: Ser empático es sentir y ponerse en la piel del otro y también ayudarle cuando lo necesite. Un buen ejemplo de empatía será correr a levantar a alguien que se ha caído por la calle, o socorrer a alguien que se haya hecho daño o esté herido.
* Ayudar a los demás en tareas complicadas: En el trabajo, en la escuela o en la vida cotidiana, esa mano de ayuda que todos necesitamos para lo que sea son buenos ejemplos de empatía y nos convierten en mejores personas.
Como puedes ver, la empatía nos ha acompañado a lo largo de mucho tiempo y está presente en prácticamente todo lo que hacemos. Estos ejemplos son sencillos pero ilustrativos, ya que, en un tiempo pasado, si no hubiésemos sido capaces de interpretar el miedo, el dolor, la alegría o la tristeza de nuestros compañeros de grupo, nos habríamos extinguido.
Así que espero que estos ejemplos de empatía te hayan servido para comprender este fenómeno tan importante para nosotros.
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