
En el mundo actual se pueden ver muchos ejemplos de eficacia, la cual se puede definir como la capacidad de alcanzar el efecto esperado, luego de realizar una acción. Cuando hablamos de la eficacia y sus ejemplos, nos podemos dar cuenta que en todos los ámbitos del ser humano se debe dar la eficacia, por ejemplo en el campo laboral de las empresas, donde los empleados deben ser lo suficientemente eficaces como para realizar distintas tareas que les hayan encargado y estos a su vez deben estar dispuestos en todo momento para cualquier exigencia o labor que les mande a realizar su jefe o el dueño de la empresa.
Qué es la eficacia
Cómo hemos señalado, eficacia (que deriva del latín “efficacĭa”) significa el tener la “cualidad de hacer lo que está destinado ser”, o dicho de otra manera y como señala el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ser capaz de “lograr el efecto que se desea o se espera”. De modo que siempre será la capacidad que tengamos para conseguir aquello que deseamos o un resultado en particular.
Es en el ámbito empresarial y laboral donde más se suele utilizar esta palabra, con el fin de poder definir si un trabajador “es o no eficaz”, es decir, si tiene cualidades para sacar adelante su trabajo teniendo en cuenta por ejemplo que trabaje bien, o que acabe siempre a su hora con todo el trabajo realizado.
Eficacia y eficiencia
En ocasiones, es posible que confundamos la eficacia o el ser eficaz, con la eficiencia o el hecho de ser eficiente. Esta segunda palabra viene del latín “efficientĭa” y hace referencia al uso racional de los recursos que se tienen para poder lograr así, el alcanzar un objetivo previamente propuesto.
Para entenderlo algo mejor sería como lograr o alcanzar las metas y objetivos con la menor cantidad de recursos disponibles y tiempo.
Para diferenciarlas podemos decir que la eficacia hace referencia a lograr los objetivos y metas programadas con los recursos disponibles en un tiempo dado y la eficiencia es el uso de esos recursos.
Eso sí, normalmente los eficientes son igualmente eficaces, pero no suele pasar al contrario. Esto se debe a que por que al ser eficiente se es también eficaz, pero siendo eficaz no se es eficiente si se da el caso de que no se ahorró recursos.
Ejemplos:
– La empresa B logra recoger toda la basura de la ciudad con 100 trabajadores » B es empresa Eficaz.
– La empresa A logra recoger toda la basura de la ciudad con 80 trabajadores » A es empresa Eficiente.
Ejemplos de eficacia
Otro de los ejemplos de eficacia es en el caso del deporte de alta competencia, como es el caso del fútbol, todo futbolista debe tener la capacidad de jugar de forma eficiente para que le ayude a su equipo a ganar los partidos.
Cuando se tiene un negocio propio también debemos tener la suficiente eficacia para sacarlo adelante mediante distintas estrategias que van a hacer gestionadas por nosotros mismos y de este modo empezar a realizar un emprendimiento en pleno que nos ayude a que nuestro negocio crezca cada día mas y se convierta en uno de los mas competitivos del mercado.
Un claro ejemplo de eficacia puede ser en el caso de una persona que desea copiar un libro de mas de 300 paginas, si realiza esta tarea a mano es posible que la saque adelante y sea eficaz pero tardaría mucho tiempo en hacerlo, sin embargo si utiliza una fotocopiadora solamente tomara una poca cantidad de tiempo. Como nos podemos dar cuenta en el anterior ejemplo, tiene mucha influencia el tiempo empleado, ya que es una de las principales características de la eficacia, realizar las acciones que tenemos que realizar en el menor tiempo posible y con la mayor perfección posible, es decir, realizar las labores o actividades que tenemos que realizar.
Entre los ejemplos de eficacia que podemos enumerara, tenemos que hacer mención también a los objetivos que nos marquemos para cumplir en una tarea o labor. De este modo, podemos decir de alguien que es eficaz no solo por hacer el trabajo en el menor tiempo, sino también por conseguir lo que se propone en ese tiempo marcado. Así, podemos encontrar un claro ejemplo en el empresario que se ha marcado unos objetivos empresariales en un año (como llegar a los 1.000 clientes) y es capaz de conseguirlo.
Sabemos de este modo, que como ser eficaz debemos tener cierta cualidad, pero será importante también lograr cierto empeño o tener las ganas de querer hacer las cosas. Nada sucede porque sí y las ganas que le pongamos en todo lo que hacemos determinará nuestra eficacia.
Por ejemplo, tenemos el caso de los estudiantes. Saben que deben estudiar para aprobar el curso, pero si tienen el empeño de hacerlo puede que se conviertan en más eficaces y con ello poder rendir mejor y alcanzar todos los objetivos que se hayan marcado.
En todo lo que hacemos podemos llegar a determinar nuestro grado de eficacia. De este modo, podemos decir que no solo en el trabajo o los estudios demostraremos si somos o no eficaces. Por ejemplo, imagina que te has propuesto perder diez kilos en un mes. Si haces dieta y ejercicio y eres constante, verás como se desarrolla tu eficacia para perder ese peso.
Otro ejemplo de eficacia sería que viajemos y realicemos un trayecto en coche en las horas que nos hayamos marcado y estaban previstas, o que podamos hacer que cualquier “planning” o agenda marcada para el día, la semana, el mes o incluso el año acabe siendo cumplida al 100%.
Con esto nos podemos dar cuenta de que la eficacia y sus ejemplos, están presentes en todas las actividades habituales que realizamos en nuestro diario vivir, por eso es importante tener muy en claro las actividades que debemos realizar, para que les apliquemos todos nuestros conocimientos de una forma eficaz. Por eso en el campo laboral, si quieres sobresalir y llegar muy lejos dentro de la empresa, debes ser una persona que cuente con muchas cualidades laborales y sobretodo que seas una persona eficaz.
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